“No puedo olvidar los muchos y buenos ratos que, cuando éramos muchachos, pasábamos los dos solos, allí en la goiko-sala de la casa Altube: Nazario con una sonora guitarra y yo con un viejo violín. Yo estudiaba entonces armonía y composición de música y le explicaba los acordes de la guitarra propios para acompañar las melodías que yo raspaba en dicho violín"
Albina aurki nabarmendu zen bere ikasketetan eta biolin jole trebe gaztetxoak estatuko musika adituen arreta irabazi zuen. Dakardan argazkia “Mundo Grafico” aldizkariak publikatu zuen 1918an eta Indalezio Ojangurenek atera zion, Eibarren, zortzi urterekin bi kontzertu eman baitzituen Albinak herri hartan, Europa birrinzten ari zen gerrako umezurtzen alde.
ARGAZKIA
ETA KOMENTARIOAK: JOSEMARI VELEZ DE MENDIZABAL
La
extraordinaria violinista mondragonesa Albina Madinabeitia nació en 1910. Era nieta de Miguel
Madinabeitia, siendo su padre Nazario Madinabeitia Altube. Albina recibió las
primeras lecciones musicales de su padre, quien era primo de Sebero Altube.
Precisamente a la muerte de Nazario, Sebero escribió a Albina una carta en la
que le decía:
“No
puedo olvidar los muchos y buenos ratos que, cuando éramos muchachos, pasábamos
los dos solos, allí en la goiko-sala de la casa Altube: Nazario con una
sonora guitarra y yo con un viejo violín. Yo estudiaba entonces armonía y
composición de música y le explicaba los acordes de la guitarra propios para
acompañar las melodías que yo raspaba en dicho violín”
Albina
fue una niña prodigio que muy pronto despertó el interés de la crítica musical estatal.
La foto que hoy traigo, realizada por Indalecio Ojanguren, la he extraído de la
revista “Mundo Gráfico” que en 1918 la publicó tras ofrecer Albina dos conciertos
en Eibar, a favor de los huérfanos de la guerra que en aquellos momentos
asolaba Europa.Tenía ocho años.
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